Impacto del Alcohol en la Salud a Largo Plazo: Conducir Bajo la Influencia
Updated 3 de Febrero de 2021El alcohol es una parte ya aceptada de nuestra sociedad moderna, pero sigue siendo peligroso. El alcohol es técnicamente una droga en el sentido de que es una “sustancia que tiene un efecto fisiológico cuando se ingiere o se introduce de otra manera en el cuerpo”. Todos sabemos que las drogas ilegales pueden ser perjudiciales y el alcohol no es diferente. El hecho de que esta sustancia particular es legal para los mayores de 21 años y está disponible prácticamente en cada esquina del país no la hace más segura. Además del impacto negativo obvio a corto plazo, el consumo de alcohol puede dañar gravemente tu cuerpo y tu mente cuando se extiende por un tiempo prolongado.
Estos efectos a largo plazo incluyen:
- Enfermedades y degeneración del tejido orgánico
- Desequilibrio químico en el cerebro y el sistema nervioso
- Dependencia psicológica y adicción física
Con tal de tomar decisiones sensatas en torno al alcohol, debes tener la información completa sobre las consecuencias de su consumo. En este módulo encontrarás todo lo que necesitas saber acerca del impacto del alcohol en la salud a largo plazo.
Daño de órganos
Ninguna parte de tu cuerpo está segura de los efectos negativos del alcohol, ya que este es llevado a cada órgano y tejido del torrente sanguíneo cuando se ingiere. Tomar con regularidad puede interferir con la función normal de todos los órganos, aunque el hígado y los riñones suelen recibir la mayor parte del daño debido a que son responsables por limpiar el alcohol de la sangre. El daño hepático es uno de los resultados más comunes del abuso de alcohol, aunque hay muchas otras maneras en las que tu salud puede verse afectada.
El consumo de alcohol a largo plazo puede dañar tu hígado, estómago, páncreas, corazón, esófago y cerebro. El consumo extremo del alcohol eventualmente provoca insuficiencia hepática, derrames cerebrales, fallas cardíacas y otras condiciones médicas mortales. Descubramos más sobre cada órgano principal que se ve afectado en tu cuerpo.
Daño hepático
El hígado es el sistema de desintoxicación principal del cuerpo. Trabaja 24 horas al día para filtrar las toxinas peligrosas de tu cuerpo con tal de convertirlas en químicos menos perjudiciales que son expulsados fácilmente con otros desechos. Este proceso se conoce como metabolismo.
Como el hígado humano ha evolucionado para lidiar con toxinas y venenos que se producen naturalmente, no está equipado para lidiar con el consumo de alcohol regular y pesado. Después de trabajar duro mucho tiempo para procesar el alcohol, el tejido hepático empezará a funcionar incorrectamente o a morir de a poco. Como el hígado también es responsable de almacenar azúcar, vitaminas y minerales, procesar la grasa, luchar contras las infecciones y coagular la sangre, el daño al tejido hepático puede tener un efecto devastador en la salud general.
Alrededor de un 80% del alcohol que una persona bebe se procesa en el hígado. Cuando el hígado está trabajando tiempo extra, no podrá hacer sus otras tareas de manera adecuada. Esto puede llevar a una acumulación de tejido graso alrededor del hígado y otros órganos vitales, además de un metabolismo proteico insuficiente (la proteína es esencial para la reparación de tejidos). Las siguientes enfermedades ocurren comúnmente como resultado del abuso de alcohol:
- 1
Enfermedad de hígado graso.
Cuando el hígado no puede procesar la grasa de forma adecuada, se acumulan parches dentro y alrededor del órgano. Esto agrandará el hígado y lo dejará sin poder funcionar correctamente. - 2
Hepatitis.
Esta inflamación aguda del hígado causa hinchazón dolorosa, agrandamiento del hígado, confusión mental por las toxinas no procesadas en la sangre y retención extrema de líquidos alrededor del abdomen. La hepatitis a menudo es fatal. - 3
Cirrosis.
En un hígado con cirrosis, los grupos de células funcionan mal, fallan y se mueren por completo. Puede resultar en mal aliento, decoloración de la piel, coma, cáncer de hígado, infertilidad, impotencia, insuficiencia hepática y la muerte.
Los alcohólicos y otras personas que han abusado del alcohol a un nivel extremo suelen terminar con una enfermedad llamada hepatopatía alcohólica, que agrupa las tres condiciones mencionadas anteriormente.
Daño al estómago
Los daños al estómago como resultado del consumo de alcohol son inevitables, ya que el alcohol que bebes debe pasar por el estómago. Este órgano descompone los alimentos que ingieres con un ácido extremadamente potente, que es perjudicial para los tejidos humanos. Una membrana gruesa de mucosa recubre el interior del estómago para protegerlo de los daños del ácido. El consumo de alcohol regular o excesivo desgasta este revestimiento mucoso protector, dejando vulnerables las paredes del estómago a la erosión por el ácido. Esto provoca gastritis, que es una inflamación dolorosa del revestimiento del estómago. La gastritis puede causar:
- Dolor de estómago extremo
- Náuseas y vómitos
- Hinchazón
- Úlceras estomacales
- Hemorragia interna
Daño al esófago
El alcohol también puede dañar la parte del tracto digestivo que llega al estómago, llamada esófago. En la apertura del estómago hay un músculo en forma de anillo conocido como esfínter esofágico, que se contrae cuando no permite que pase la comida al estómago para evitar que se escape el ácido estomacal dañino. El consumo del alcohol relaja este músculo, permitiendo que el ácido pase al esófago. Esto puede provocar acidez de estómago, úlceras e incluso cáncer de esófago.
El tejido esofágico también puede dañarse por los subproductos metabólicos del alcohol en la sangre. Cuando el hígado descompone el alcohol en otros químicos para la expulsión, estos primero circulan el cuerpo a través de la sangre antes de ser filtrados por los riñones. El acetaldehído es uno de estos subproductos metabólicos. Cuando se exponen a esta sustancia tóxica, las delicadas células y los tejidos del tracto digestivo pueden funcionar mal y sufrir mutaciones. Esto puede provocar cáncer de esófago, boca, laringe, faringe, estómago o intestinos.
Daño al páncreas
El páncreas es un órgano pequeño pero esencial, responsable de producir insulina (la hormona que le dice a tu hígado que convierta el exceso de azúcar en grasa) y liberar las enzimas digestivas hacia el intestino delgado. Se sabe que el alcohol causa daños al páncreas al “engañarlo” para liberar las enzimas de trabajo pesado a nivel interno en lugar de hacerlo hacia los intestinos. En lugar de descomponer la comida, el páncreas empezará a descomponer su propio tejido. Esto puede resultar en una condición grave llamada pancreatitis o inflamación del páncreas.
Cuando el páncreas se inflama y no puede funcionar correctamente, sufrirás náuseas, vómitos, molestias digestivas, incapacidad de absorber nutrientes de los alimentos y dolor abdominal severo. Una pancreatitis aguda eventualmente te llevará a sufrir condiciones mortales o que alteran el estilo de vida, como diabetes o cáncer. Si el páncreas falla por completo, morirás.
Daño al corazón
Alrededor de 100.000 veces por día, tu corazón late para bombear sangre a tu cuerpo. Sin el corazón, las células y los tejidos no tendrían los nutrientes y el oxígeno vitales ni se podrían eliminar los productos de desecho. Este órgano es el componente más poderoso e importante del sistema biomecánico complejo que es el cuerpo humano. Este depende de tener músculos fuertes y saludables. Si el corazón no funciona de manera adecuada, todos los demás órganos, tejidos y células de tu cuerpo sufrirán.
El consumo de alcohol daña el músculo del corazón y el resto del sistema circulatorio. El alcohol hace más lento el corazón, lo que lleva a contracciones menos frecuentes y más forzadas. Cuando la sangre se mueve a través del corazón lentamente, la grasa de la sangre se acumula alrededor de las arterias y las venas que llegan a este músculo vital. Eventualmente, esto puede provocar enfermedades cardíacas, ataques cardíacos e insuficiencia cardíaca completa.
El consumo regular del alcohol puede provocar una condición irreversible y a menudo fatal conocida como cardiomiopatía. Cuando se desarrolla esta condición, el corazón se deforma y se agranda al intentar compensar por el daño generado a este tejido muscular. La cardiomiopatía suele ser mortal, particularmente si ocurre en personas jóvenes o saludables, como frecuentemente es el caso. Una persona joven activa puede desarrollar cardiomiopatía como resultado del consumo de alcohol y no tener la menor idea hasta que un ataque cardíaco repentino le provoca la muerte.
Si bien la cardiomiopatía a menudo pasa inadvertida, hay algunos síntomas que puedes detectar. Estos incluyen:
- Pérdida de apetito
- Fatiga extrema
- Incapacidad para concentrarse
- Frecuencia cardíaca irregular
- Dificultad para respirar
Hipertensión
El consumo excesivo del alcohol puede provocar presión sanguínea alta, conocida por su término médico de hipertensión. La hipertensión pone una presión aumentada en los delicados vasos sanguíneos llamados capilares, que conectan las venas y arterias principales con los tejidos y las células. También puede evitar que ciertos nutrientes vitales entren a los tejidos desde el torrente sanguíneo. Los efectos de la hipertensión a largo plazo incluyen:
- Daño en los ojos
- Pérdida de densidad ósea
- Daño arterial
- Disfunción sexual
- Enfermedad e insuficiencia cardíaca
- Enfermedad e insuficiencia renal
- Demencia
- Accidentes cerebrovasculares
El alcohol también puede afectar el sistema circulatorio al disminuir la producción de plaquetas, una condición conocida como trombocitopenia. Esta enfermedad provoca sangre líquida, que se puede presentar en forma de fatiga, sangrado excesivo tras un corte, sangrado de encías, hemorragia nasal y ampollas de sangre en la boca.
Las personas que abusan del alcohol regularmente también pueden desarrollar anemia macrocítica, en la que las células sanguíneas se vuelven menos eficientes para transportar oxígeno. Los síntomas de esta condición incluyen una frecuencia cardíaca mayor, agrandamiento del corazón, dificultad para respirar, ritmo cardíaco irregular y crecimiento deforme de los huesos.
Daño a los pulmones
¡El consumo de alcohol regular o excesivo incluso podría dañar tus pulmones! Al reducir e interferir con la función pulmonar normal, el alcohol evita que los tejidos de los pulmones tengan el mantenimiento y las reparaciones adecuadas. Esto te dejará más susceptible a enfermedades de los pulmones crónicas y mortales, como cáncer, neumonía, bronquitis, dificultad respiratorio y colapso pulmonar.
Daño al sistema nervioso
El alcohol altera el sistema nervioso, comenzando un efecto dominó que interfiere con todos los sistemas de otras partes del cuerpo. Esto sucede debido a que el alcohol afecta los componentes de dirección del sistema nervioso, conocidos como neuronas. Además, desequilibrio los químicos que determinan cómo opera el sistema nervioso.
Las hormonas y los neurotransmisores regulan cada proceso esencial del cuerpo, incluyendo el sueño, la función sexual, el apetito, la energía, los cambios de humor y la respuesta de autopreservación “lucha o huida”. Cuando los químicos trabajan en conjunto, aumentar o disminuir la cantidad de una sola hormona o neurotransmisor tendrá un efecto dominó que afecta unos a otros. Eventualmente, el consumo de alcohol regular hará que tu cuerpo sea incapaz de regresar a su equilibrio químico natural. Esto puede llevar a cambios de personalidad, pérdida de inteligencia, pérdida de memoria y problemas graves de salud mental.
Daño cerebral
El cerebro controla cada acción consciente e inconsciente que tu cuerpo realiza. También determina quién eres, cómo te sientes, tus recuerdos y tu sentido de identidad. El consumo de alcohol a largo plazo dañará el tejido de tu cerebro e interferirá en el equilibrio de los neurotransmisores y las hormonas con los que controla las funciones corporales.
La deshidratación como resultado del consumo regular de alcohol empezará a remodelar tu cerebro. Ciertas partes del cerebro se marchitarán mientras otras se hincharán más allá de su tamaño normal. Es posible que experimentes vacíos de tejido cerebral o crecimientos anormales, lo que provocará pérdida de memoria, confusión, cambios de personalidad severos y deterioro de la habilidad motora.
Todos hemos escuchado la advertencia de que “el alcohol mata las neuronas” y si bien la frase se acerca bastante a la realidad, son las puntos de las neuronas cerebrales las que se ven afectadas. Los extremos de las neuronas se llaman dendritas. Conectan cada neurona con su vecina y permiten enviar las señales eléctricas complejas a todas partes del cuerpo. Cuando las dendritas se dañan, las señales se interrumpen y todo tu cuerpo podría dejar de funcionar como debería.
El efecto del alcohol que altera los químicos cerebrales puede ser igual de devastador. Con el tiempo, los desequilibrios químicos pueden provocar enfermedades y trastornos mentales que cambian la vida. Cuando un químico de la sofisticada red de neurotransmisores y neuronas está desequilibrado, afectará otros químicos hasta todo el sistema se descomponga. La forma en que nos sentimos y comportamos es un producto directo de los químicos del cerebro. Cuando las cosas salen mal y el cerebro no puede corregirlas, pueden presentarse condiciones como depresión severa, depresión maníaca y esquizofrenia.
Adicción al alcohol
Cuando el alcohol se ingiere con regularidad, el cerebro eventualmente se adaptará al suministro del alcohol que ingresa a través del torrente sanguíneo. Cambia sus parámetros de operación naturales para funcionar con la mayor normalidad posible cada vez que el alcohol esté presente. Si cortas el suministro de alcohol, el cerebro dejará de funcionar de manera normal. Esto se conoce como síndrome de abstinencia del alcohol y es un síntoma de la adicción física.
Cuando una persona alcohólica deja de tomar alcohol, necesita tiempo para que el cerebro vuelve a sus parámetros de operación normales. Mientras eso sucede, la abstinencia del alcohol provocará molestias del estado de ánimo, depresión, confusión, náuseas, insomnio, hipertensión y hasta alucinaciones. Por eso muchos alcohólicos terminan volviendo al alcohol después de intentar deshacerse del hábito. Una vez que eres adicto, es difícil de renunciar.
Tolerancia al alcohol
Un consumo excesivo de alcohol a largo plazo eventualmente aumentará tu capacidad de soportar los efectos de la ebriedad. A pesar de que suena como algo positivo, no lo es. Si bien serás más capaz de hablar, moverte y pensar con normalidad bajo los efectos del alcohol, tu cuerpo estará sufriendo los mismos daños por el alcohol en la sangre. Además, las personas con alta tolerancia al alcohol a menudo consumen más en una sola sesión para tratar de alcanzar el mismo efecto que cuando empezaron a beber. Esto acelerará el daño orgánico y llevará a un deterioro más rápido de la salud en general.
Daño al sistema inmunológico
El sistema inmunológico es el responsable de evitar y luchar contra las infecciones de los organismos hostiles como bacterias, virus y parásitos. También detecta y elimina las mutaciones peligrosas de células que podrían llevar al cáncer. El consumo de alcohol afectará el sistema inmune de diferentes formas:
- Los glóbulos blancos que se unen y eliminan las células invasoras serán menos efectivos.
- La actividad de detección contra los tumores de los glóbulos blancos se verá reducida.
- La producción de los linfocitos (células T) será más lenta.
- Se verá limitada la producción de citocinas, facilitando la multiplicación y propagación de los organismos infecciosos.
Tomar demasiado alcohol puede agravar el sistema inmunológico y provocar autoinmunidad. Cuando esto ocurre, las células de defensa del sistema inmune se confundirán y podrían terminar atacando tu propio tejido saludable. La autoinmunidad puede provocar psoriasis (inflamación de las células de la piel), artritis reumatoide (inflamación y degradación de las articulaciones), esclerosis múltiple (degradación de los nervios), lupus (autoinmunidad corporal completa) y varias otras condiciones crónicas.
Desnutrición
El alcohol puede provocar desnutrición, que afectará negativamente la salud de todo tu cuerpo. Estudios indican que el alcohol interfiere con la capacidad de los intestinos de absorber nutrientes de los alimentos. Esto se debe probablemente a la inflamación de las membranas mucosas del estómago y el intestino, además de una liberación insuficiente de enzimas desde el páncreas. Ninguna parte del cuerpo está a salvo de los efectos adversos de la desnutrición. Cuando las células del cuerpo no reciben los nutrientes necesarios para funcionar de manera correcta, experimentarás:
- Fatiga extrema
- Trastornos del sueño
- Letargo
- Problemas para pensar con claridad
- Molestias y dolores
- Infecciones y enfermedades frecuentes
- Pérdida de cabello
- Curación lenta de heridas y lesiones
Cuando permites que siga por un periodo extenso, la desnutrición eventualmente puede provocar enfermedades graves, fallos orgánicos y la muerte.
Obesidad
El consumo de alcohol a largo plazo tiene un vínculo directo con la obesidad. Contrario a lo que podrías pensar, es posible estar desnutrido y obeso al mismo tiempo. Incluso si no puedes absorber de forma correcta los micronutrientes como vitaminas y minerales de los alimentos, aún podrás procesar las calorías y ganar peso. Para empeorar las cosas, se ha comprobado que el alcohol insta a la alimentación excesiva de comida chatarra cargada de azúcar, sal y grasa, que carecen de los nutrientes que el cuerpo realmente necesita.
Deterioro rápido y sistemático de la salud
El sistema circulatorio, nervioso, respiratorio y digestivo (y todos los órganos y componentes dentro de esos sistemas) no funcionan de manera independiente unos de otros. Cada sistema se comunica y toma información del otro con tal de mantener funcionando sin problemas a la compleja maquinaria que es tu cuerpo y alcanzar así un nivel óptimo de salud.
El alcohol ejerce una increíble presión en todos los sistemas del cuerpo. Cualquier problema de salud que se desarrolle como resultado del abuso del alcohol pondrá bajo presión inmediata a los otros órganos, tejidos y procesos. Las enfermedades relacionadas con el alcohol rara vez se producen por su cuenta sin razón. Tan pronto un problema de salud se desarrolla, otras partes del cuerpo empezarán a funcionar mal y llegarán más problemas. Una vez que el efecto dominó mortal inicie, es increíblemente difícil reducirlo y detenerlo. Especialmente cuando una persona afectada está sufriendo una adicción al alcohol que la llave a seguir envenenándose día y noche.
Recuerda que el alcohol es una droga peligrosa. Arruina vidas, mata y priva las familias de sus seres queridos todos los días.