Efectos del Alcohol en Tus Habilidades de Manejo: Minimizar los Riesgos
Updated 3 de Febrero de 2021Tus responsabilidades como conductor y el alcohol no combinan bien. Debes hacer todo lo posible para evitar sufrir lesiones, herir a otros usuarios de carretera o causar daños a la propiedad. La única forma de eliminar el riesgo completamente es no manejar. Cada vez que subas al auto, correrás el riesgo de verte involucrado en un accidente.
Sin embargo, el nivel de riesgo al que te expones al conducir no es constante y en gran medida está bajo tu control. Recuerda que manejar es un privilegio que perderás si no haces todo lo posible para minimizar el riesgo de que ocurra una colisión de tráfico.
Minimizar los riesgos de conducción
Completar el curso de educación vial y pasar el examen te pondrán en camino de convertirte en un conductor seguro pero el viaje no terminará allí. A través de tu vida de manejo debes seguir recordando y ejecutando estrategias seguras de conducción para que cada viaje que realices tenga el menor riesgo posible. Si te descuidas con estas tácticas por algún motivo (pereza, distracción o ebriedad), empezarás a cometer errores que podrían llegar a ser mortales.
Para minimizar el riesgo al volante, debes hacer esto siempre:
- 1
Usa cinturón de seguridad.
Utiliza el cinturón de seguridad y asegúrate de que tus pasajeros también lo hagan. - 2
Da a conocer tus intenciones.
Comunícate con los demás usuarios de carretera cuando sea adecuado, usando señales de luces, señales manuales y otros medios necesarios. - 3
Obedece los dispositivos de control de tráfico.
Busca y obedece TODAS las señales de tránsito, los semáforos y las marcas en el pavimento. - 4
Ejerce la gestión de espacios.
Mantén una burbuja segura de espacio alrededor de tu vehículo. - 5
Maneja de forma defensiva.
Utiliza las estrategias de conducción defensiva para ajustar tu comportamiento para las condiciones cambiantes de la carretera y predecir los problemas antes de que sucedan. - 6
Controla tu vehículo.
Usa las técnicas de control de vehículo apropiadas, como el frenado gradual, y asume las posiciones de mano adecuadas sobre el volante. - 7
Mantente alerta.
Monitorea tu aptitud física y mental para manejar. - 8
Brinda mantenimiento a tu automóvil.
Mantén tu vehículo en buenas condiciones de funcionamiento.
Los efectos mentales del alcohol te dejarán más susceptible a olvidar estas tareas esenciales para reducir el riesgo. Olvidar incluso una acción vital podría ponerte en un considerable peligro. Por ejemplo, si subes al auto en las primeras horas de la noche cuando la visibilidad es deficiente y te olvidas de encender las luces. Este pequeño olvido haría muy difícil que los otros usuarios de carretera vean tu vehículo. Además, podrías olvidarte de señalar antes de un cambio de carril, haciendo que el conductor que viene detrás de ti se desvíe y golpee a otro vehículo. Las probabilidades de verte involucrado en una colisión aumentarás drásticamente cuando el alcohol afecte tu memoria. Si te olvidase te de ponerte el cinturón de seguridad también se incrementan las posibilidades de sufrir una lesión seria.
Incluso si recuerdas todas las estrategias vitales para reducir riesgos al conducir bajo la influencia, existe la posibilidad de que los efectos físicos del alcohol eviten que puedas ejecutar las tareas de manera efectiva. ¡Podrías maniobrar con demasiada fuerza, frenar de repente o perder el pedal del freno por completo!
Como hemos discutido en módulos anteriores a esta sección, incluso las pequeñas cantidades de alcohol pueden afectar tu capacidad de manejo mental y física. Estudios indican que las habilidades motoras, el tiempo de reacción, el razonamiento, la capacidad de juicio, la visión y la conciencia se ven afectados negativamente por concentraciones de alcohol en la sangre relativamente bajas. Tu capacidad de tomar decisiones será una de las primeras cosas que sufrirán cuando empieces a beber. Con habilidades de decisión deficientes, es literalmente imposible conducir de forma segura. El alcohol te dará más probabilidades de:
- Subestimar el nivel de riesgo que conlleva una acción o situación particular.
- Ignorar las leyes de la física que rigen el movimiento de tu vehículo.
- Sobrestimar tus habilidades de manejo y las habilidades de maniobra de tu vehículo.
- Permitir que las emociones, en vez del razonamiento, determinen las decisiones que tomas.
- Distraerte con objetos o situaciones dentro del automóvil o afuera en la carretera.
Es importante comprender que no hay forma de evitar las decisiones de mal juicio cuando estás bajo los efectos del alcohol. Para hacerlo, primero debes reconocer que estás ebrio y eres incapaz de pensar con claridad, lo que requeriría de buen juicio. Es una situación en la que la seguridad y la precaución no pueden ganar ante la falsa confianza y la incapacidad de ver el peligro.
Siempre recuerda que la única “decisión de manejo seguro” que puedes hacer cuando has consumido alcohol es no conducir.
Efectos de la ebriedad en las habilidades de manejo
Muchas investigaciones se han realizado sobre conducción afectada por el alcohol. Un estudio comparó el comportamiento de manejo de un grupo de conductores estando sobrios con su comportamiento en estado de ebriedad con diferentes niveles de alcohol. Los resultados de esta investigación mostraron que los conductores ebrios:
- Tenían más probabilidades de reaccionar de forma exagerada para corregir un derrape
- Eran más propensos a frenar con rudeza en lugar de maniobrar alrededor de un peligro
- Eran menos conscientes de lo rápido que estaban viajando
- Eran más incapaces de mantener una posición de carril adecuada
A continuación tienes un desglose de cómo los diferentes niveles de BAC afectan la capacidad de manejo:
- BAC de 0.02 a 0.05% - debido a la reducción de las habilidades de procesamiento de información, los conductores tienen menos probabilidades de ver los dispositivos de control de tráfico, información importante en el tablero y los usuarios de carretera vulnerables como ciclistas y peatones.
- BAC de 0.02 a 0.06% - el riesgo de somnolencia aumenta. Es más probable que los conductores se duerman o experimentan eventos de microsueño al volante. Este riesgo aumenta considerablemente al conducir de noche o con mucho cansancio.
- BAC de 0.02 a 0.08% - las habilidades multitareas se ven afectadas. Los conductores tienen más probabilidades de cometer un error al manejar varias tareas consecutivas.
- BAC de 0.5% a 0.08% - la habilidad de búsqueda y el control muscular sufren deterioro. Es menos probable que los conductores se coloquen correctamente dentro de un carril o más probable que maniobran de manera errática, hagan zigzag entre carriles o abandonen la carretera completamente.
Como puedes ver en estos resultados, muchos de los conductores analizados en este estudio experimentaron un deterioro grave de las habilidades de manejo con un BAC tan bajo como 0.02%. También es importante tener en cuenta que las concentraciones de alcohol en la sangre que se analizaron estaban por debajo del límite legal de 0.08%.
Habilidades mentales de manejo afectadas por el alcohol
La capacidad del alcohol de nublar la cognición empezará momentos después de tu primer sorbo. Experimentarás alteraciones en el estado de ánimo y un deterioro en tu capacidad de juicio. A medida que sigues bebiendo, tus procesos de pensamiento se volverán más lentos y eventualmente tendrás confusiones. Pronto, tu visión se pondrá borrosa y tu tiempo de reacción se volverá más lento al punto que ya no serás capaz de mirar y responder ante los peligros. Incluso si los ves, las posibilidades de elegir una respuesta adecuada con un juicio afectado por el alcohol son extremadamente mínimas.
Alcohol y capacidad de juicio
El consumo de alcohol disminuye significativamente tu capacidad de tomar decisiones lógicas y consideradas. Este efecto comienza a asentarse mucho antes de llegar al límite BAC legal. Cuando examines la carretera, serás menos capaz de comprender la información que tu cerebro recibe y tendrás más probabilidades de escoger una respuesta inadecuada entre las acciones disponibles.
Por ejemplo, un conductor ebrio que se aproxima a una intersección cuando el semáforo cambia a rojo podría decidir acelerar y pasar apresuradamente en vez de realizar una parada. Está consciente de que es ilegal y peligroso pero su cerebro le asigna menos importantes a estas cosas debido a la capacidad de juicio afectada por el alcohol. En lugar de eso, piensa que aumentar la velocidad para anticiparse al tráfico que cruza es un riesgo razonable que debe correr. ¡Es muy improbable que llegue a esta decisión estando sobrio!
El alcohol afecta cada decisión de juicio que realizas mientras manejas. Esto incluye predecir el comportamiento de otros conductores y el resultado de las situaciones peligrosas. Cuando no puedes predecir lo que harán los usuarios de carretera que te rodean, serás incapaz de conducir de manera defensiva para evitar conflictos.
El impacto del alcohol en la capacidad de juicio está muy documentado y se ha identificado como un problema, incluso para los BAC bajos. Al contrario de lo que esperarías, los usuarios de carretera experimentados toman malas decisiones al conducir con alcohol en sus sistemas casi con la misma frecuencia que los conductores novatos. Con un BAC de 0.02% un conductor de autobús experimentado puede estar afectado al punto que querrá pasar por puntos demasiado bajos como para que su vehículo entre.
Los conductores jóvenes y sin experiencia son los que se ven afectados con más severidad por una capacidad de juicio deteriorada. Tener menos “información de manejo” almacenada en sus memorias hará que tengan más probabilidades de subestimar el peligro en la carretera. Además, con experiencia de vida limitada, los adolescentes suelen correr más riesgos por naturaleza. Si añades alcohol a la mezcla, la disminución de sus inhibiciones a menudo resulta a una conducción increíblemente imprudente.
Atención y enfoque
Igual que la capacidad de juicio afectada, el enfoque deteriorado y la incapacidad de prestar atención se encuentran entre los efectos del alcohol más tempranos. Se ha demostrado que las concentraciones de alcohol tan bajas como 0.02% limitan la capacidad de una persona de enfocarse de manera consistente en una tarea o manejar varias tareas pequeñas sucesivamente. El alcohol te hará menos consciente de los efectos y eventos en tu entorno inmediato, lo que sería increíblemente peligroso en una carretera concurrida.
Al conducir bajo la influencia del alcohol, las tareas simples como cambiar de carril o realizar una parada completa requerirán de mucha más concentración de lo normal. Cuando tu atención está monopolizada por una sola tarea, las probabilidades de olvidar o pasar por alto otra tarea importante son altas. Por ejemplo, mientras se incorporas a un carril nuevo, un conductor en estado de ebriedad podría olvidarse de verificar el área detrás del vehículo y no ver a un motociclista en su punto ciego. O podría preocuparse tanto por hacer esta comprobación que se olvidaría de señalizar su intención de incorporarse al carril.
La conducción requiere de una atención continua a decenas de tareas diferentes, como examinar la carretera adelante, revisar los espejos, monitorear la velocidad, señalizar, cambiar de marcha y gestionar el espacio alrededor del vehículo, todas las cuales son vitales para tu seguridad. Alternar tu enfoque entre estas acciones puede ser una presión mental importante, ¡incluso cuando estás sobrio! Si el alcohol ha afectado tu capacidad de enfocarte hasta cierto punto, alguna tarea esencial se te irá de las manos. Recuerda, solo se necesita un error tonto para provocar una colisión catastrófica.
Memoria
El alcohol interfiere con tu capacidad de almacenar nuevos recuerdos Y tu capacidad de recordar información antigua. Los estudios han demostrado este efecto en niveles de BAC tan bajos como 0.03%. La memoria afectada es un problema grave para los conductores, por dos razones:
- La incapacidad de guardar nuevos recuerdos significará que perderás detalles importantes al evaluar la carretera.
- La incapacidad de recordar información anterior obstaculizará la toma de decisiones y tu capacidad de juicio. Sin acceso a los recuerdos almacenados en tu cerebro sobre reglas de carretera, técnicas de manejo y experiencias de conducción, las decisiones que tomes no tendrán toda la información y a menudo serán peligrosas.
Visión
El alcohol tendrá un efecto adverso en tu visión mucho antes de que notes que ves borroso o tienes “visión doble”. En cuestión de minutos desde que empiezas a tomar alcohol, tu capacidad de registrar los objetos en movimiento se verá afectada. Recuerda que al conducir, todos los objetos fuera del vehículo parecerán que se mueven cuando te aproximas y los pasas. Cuando los efectos del alcohol empeoren, experimentarás una disminución en la claridad y la capacidad de enfocarte en objetos específicos. Esto hará más difícil discernir información importante en el tablero y afuera en la carretera.
Sentido de distancia
Como el alcohol afecta la percepción de profundidad, después de beber serás menos capaz de juzgar con precisión la distancia entre los objetos. Esto podría provocar que dejes una distancia de seguimiento insuficiente, hagas giros demasiado abiertos o sobrestimes el espacio disponible cuando te incorporas a un carril nuevo. También tendrás problemas para discernir qué tan cerca están los objetos al costado del camino y la amplitud de la carretera. Es posible que pienses que tienes suficiente espacio para pasar un árbol que sobresale en la carretera solo para ver cómo chocas contra sus ramas.
Cuando un conductor experimenta un deterioro de la percepción de profundidad como resultado del consumo de alcohol, el mayor peligro viene del hecho de que los objetos parecen estar más lejos de lo que realmente están. Esto puede llevarte a juzgar mal las distancias de frenado y que te precipites contra la parte trasera de otros usuarios de carretera.
Sentido de velocidad
Es muy común que los automovilistas en estado de ebriedad manejen a velocidades inseguras sin darse cuenta. El alcohol te hará menos consciente de tu velocidad en relación con otros conductores y menos capaz de juzgar la velocidad real a la que estás viajando. Además, los problemas de memoria harán menos probable que revises el velocímetro de manera regular mientras conduces. Al estar bajo los efectos del alcohol, podrías terminar viajando al doble de velocidad de lo que crees y ser completamente incapaz de detenerte cuando lo necesites. Si no puedes igualar la velocidad de los demás usuarios de carretera, también es probable que interrumpas el flujo de tráfico sin saberlo y representes un peligro para otros conductores.
Tiempo de reacción
El tiempo de reacción es el tiempo total que te lleva ver, considerar y responder ante una situación. Cuanto más corto sea tu tiempo de reacción, más seguridad tendrás al conducir. Si tu tiempo de reacción se hace más lento por el consumo de alcohol, puede que sobrepases líneas de alto, pierdas giros, golpees por detrás a vehículos o choques contra peligros inesperados. El tiempo de reacción puede ser simple o complejo.
- El tiempo de reacción simple es el tiempo que te lleva responder a una situación inmediata. Estas reacciones son reflejas y no tienen ninguna consideración consciente. Por ejemplo, estremecerse ante el sonido de un disparo o retirar la mano del agua hirviendo son reacciones simples.
- El tiempo de reacción complejo describe el tiempo que te lleva considerar una situación y elegir entre varias respuestas posibles. Un ejemplo de esto sería cuando un peatón sale frente a tu vehículo de forma inesperada. Tendrás solo un momento para decidir frenar, desviarte o ejecutar otra acción para evitar la colisión.
Se ha demostrado que el tiempo de reacción complejo sufre de manera considerable en niveles BAC de 0.04% a 0.08%. Los conductores ebrios con estos niveles reaccionan rápido pero generalmente no con la acción más adecuada. Por ejemplo, puede que hundan los frenos cuando un peligro aparece en la carretera en vez de maniobrar alrededor de él.
Consumo de alcohol y gestión de espacios
La aplicación del sistema de gestión de espacios SEE es la estrategia de seguridad más efectiva para un conductor. El sistema SEE (o un sistema de manejo de espacio similar) te permite buscar en la carretera de forma eficaz, evaluar los peligros y actuar para evitar los problemas potenciales antes de que se vuelven peligros inmediatos. Tomar alcohol afecta cada paso del sistema SEE, dificultando su ejecución y haciéndolo menos efectivo en general.
- Tu capacidad de BUSCAR en la carretera estará afectada por los problemas de visión.
- Tu capacidad de EVALUAR lo que ves estará afectada por los problemas cognitivos.
- Tu capacidad de EJECUTAR las maniobras adecuadas se verá afectada por el tiempo de reacción deteriorado y habilidades motoras descuidadas.
Búsqueda ineficaz
El primer paso del sistema de gestión de espacio SEE es buscar en la carretera. Si no puedes realizar este paso de manera eficaz, el resto del sistema será inútil. Cada decisión que tomes y ejecutes al conducir depende de lo que hayas visto o pienses que has visto en tu búsqueda de la carretera. En estado de ebriedad, los problemas de visión pueden hacer que pases por alto detalles importantes, confundas objetos, juzgues mal las distancias y midas la velocidad de manera incorrecta.
Recuerda que la visión afectada por el alcohol no siempre es obvia para la persona que la sufre. Se manifiesta en concentraciones de alcohol en la sangre relativamente bajas e impacta tu capacidad de seguir los objetos en movimiento con tus ojos. Si has tomado una bebida con alcohol, debes asumir que tu visión está afectada independientemente de si la sientes deteriorada o no.
Las búsquedas en la carretera siempre serán menos eficaces cuando hayas consumido alcohol, por estos motivos:
- Los músculos que controlan el movimiento de tus ojos estarán afectados, dificultando que puedas alternar tu mirada entre objetos. Estarás más susceptible a la fijación de un objeto, especialmente a grandes velocidades.
- La coordinación del movimiento de tus ojos estará afectada. Por lo general, el cerebro mantiene una sincronización del movimiento de los ojos. Cuando las señales del cerebro a los ojos se ven afectadas por el alcohol, los puntos focales de tus ojos estarán desalineados y podrías experimentar visión doble.
- Tendrás una visión nocturna más deficiente. Las pupilas de tu ojo no se expandirán y contraerán en respuesta a los cambios de luz con tanta eficacia, por lo que no podrás ver contrastes, te cegarás fácilmente con las luces brillantes y no podrás ver en condiciones oscuras.
- Tu visión periférica será más estrecha, dejando tus ojos incapaces de detectar objetos y movimientos que no estén en un campo central de visión.
- Tu capacidad de distinguir entre los colores estará afectada. Esto podría resultar en confusión y malas interpretaciones peligrosas de las señales de tránsito.
Estos problemas empeorarán a medida que tu BAC aumente, aunque muchos de ellos pueden ocurrir a niveles de ebriedad muy bajos. Mientras buscas en la carretera, incluso un detalle que no veas o malinterpretes podría llevarte a un error de evaluación mortal.
Evaluación imprecisa
Bajo la influencia del alcohol, lograr recopilar información precisa y completa sobre el entorno de carretera será poco menos que un milagro. Incluso si esto fuera posible, hay altas probabilidades de que no puedas completar la segunda etapa del sistema SEE de forma eficaz. En esta etapa de evaluación, tendrás que valorar la información reunida y decidir una respuesta adecuada. Seleccionar la acción más segura con la información que tienes depende de una buena capacidad de juicio y una cognición intacta, dos elementos que no tendrás si has bebido.
Mientras tengas alcohol en tu sistema, serás menos capaz de:
- Clasificar información
- Acceder a los recuerdos necesarios para entender esa información
- Identificar y priorizar las tareas
- Predecir el resultado de las situaciones
Incluso si puedes hacer todo esto de manera efectiva, tu cerebro afectado por el alcohol podría elegir un curso de acción totalmente inadecuado como respuesta.
Errores de ejecución
El último paso del sistema de manejo de espacios SEE implica ejecutar la respuesta elegida para la situación. Si has logrado superar las etapas de búsqueda y evaluación en estado de ebriedad sin incidentes (lo que es poco probable), las cosas todavía podrían salir muy mal cuando intentes efectuar la maniobra. Aun las maniobras de manejo más básicas se vuelven extremadamente desafiantes cuando estás bajo los efectos del alcohol.
- Tus músculos responderán menos y tus movimientos serán menos precisos.
- Tu capacidad de coordinar movimientos se verá afectada.
- El tiempo de respuesta física será más largo, lo que significa que tu cuerpo no obedecerá a tu cerebro tan rápido como lo necesitas.
El efecto combinado de estos problemas de habilidades motoras podría causar que gires el volante con fuerza excesiva o sin la fuerza necesaria. Es posible que frenes demasiado temprano o muy tarde. Será más difícil manejar las señales y otros dispositivos vitales dentro del automóvil. Si estás extremadamente ebrio, puede que tengas problemas para encontrar los pedales con tus pies.
Una decisión de manejo defensivo
En este módulo hemos explorado a profundidad el efecto negativo del consumo de alcohol en:
- Las habilidades físicas de manejo
- Las habilidades mentales de manejo
- La capacidad de aplicar estrategias de seguridad como el sistema SEE
Además, hemos visto cómo estos efectos negativos se observan en concentraciones de alcohol en la sangre relativamente bajas, muy por debajo del límite legal de 0.08%. En resumen, esto significa que NINGUNA cantidad de alcohol es “segura” cuando se trata de manejar. Como conductor defensivo, debes siempre elegir el curso de acción más seguro al volante y en las decisiones relacionadas con tu estado físico y mental para manejar. Si has consumido alcohol, no conducir es el curso de acción más seguro y, por tanto, la única decisión de manejo defensivo que puedes tomar.