Causas de la Conducción Agresiva y la Ira de Carretera: Impaciencia, Estrés y Enojo
Updated 30 de Enero de 2021Para hacer frente a la amenaza de la conducción agresiva debemos entender sus causas. El número creciente de vehículos en nuestras carreteras, el estrés diario, el cansancio y la prevalencia de un comportamiento irrespetuoso han creado un ambiente en el que abunda el manejo agresivo. Solo a través de que los automovilistas tomen la responsabilidad por sus propios sentimientos y acciones se puede empezar a revertir esta epidemia nacional. Si bien la conducción agresiva es común, no debemos confundirla con un comportamiento “normal” o excusable.
Las causas de la conducción agresiva tienen diferentes formas y no siempre son tan obvias. Algunas son situaciones de carretera indeseadas, mientras otras son cuestiones personales o estados mentales. Somos seres humanos complejos, con experiencias de vida únicas, que reaccionamos diferente en diferentes situaciones. Algunos conductores pueden estar predispuestos a comportarse de manera agresiva cuando conducen de noche. Otros pueden sucumbir a tendencias agresivas con más facilidad en el clima caluroso o en el tráfico pesado. Por supuesto, algunas situaciones como el estrés, el cansancio y el mal comportamiento de otros conductores, pueden llevar a un automovilista a manejar de forma agresiva.
Al aprender a conducir y en todos los momentos posteriores, debes monitorear su estado mental y tener cuidado con el enojo, la frustración o las tendencias agresivas que se desarrollan. ¡Estos estados emocionales rara vez aparecen de la nada y pueden pasar inadvertidos fácilmente si no prestas atención!
Congestión vehicular y tráfico pesado
Pocas situaciones de manejo son más frustrantes que las carreteras abarrotadas, donde cada automovilista compite por un espacio. El tráfico pesado es aún más estresante durante las horas pico, donde el deseo de llegar a casa o el miedo de llegar tarde lleva a muchos automovilistas a conducir de manera descortés. Debes entender que te encontrarás con malos comportamientos de manejo en las autopistas extremadamente congestionadas. La clave para mantenerte seguro es tratar a estos conductores irresponsables como cualquier otro peligro de la carretera. Dales el mayor espacio posible y no dejes que su comportamiento te lleva a actuar de forma agresiva.
Egoísmo
El egoísmo es un rasgo de la personalidad que describe la consideración para las necesidades y deseos propios por encima de los de las demás personas. Una persona egoísta podría comportarse como si las reglas habituales no se aplicaran para ella, tanto en las carreteras como en la vida diaria. Solo se necesita un pequeño inconveniente, como ir tarde a algún lado, que alguien corte el paso o sentirse “irrespetado” de alguna otra forma para que un conductor egoísta empiece a comportarse con agresividad.
Cuando una persona centrada en sí misma conduce de manera agresiva, su comportamiento podría dirigirse hacia todos los demás conductores, un conductor en particular, un grupo específico de conductores o hacia la sociedad en general. Puede que se nieguen a ceder el derecho de paso, bloqueen a otros vehículos para que no se incorporen al carril o aceleren para evitar que otro conductor los pase. Aún los seres humanos más considerados pueden ser capaces de egoísmo en ocasiones, especialmente cuando están cansados, hambrientos o estresados por otros eventos. Presta atención a estos comportamientos y sentimientos mientras conduces.
Anonimato percibido
Muchos conductores experimentan sensaciones de anonimato y seguridad dentro de sus vehículos, incluso cuando están rodeados por cientos de otros vehículos en un tramo de carretera relativamente corto. Sentirte protegido y escudado contra los eventos y las personas fuera del automóvil puede llevar a que te comportes de forma que no lo harías si sientes que alguien te está mirando. Este fenómeno puede hacer que las personas que son educadas y corteses se comporten con una agresividad poco común detrás del volante. Recuerda siempre que una acción agresiva, desconsiderada o negativa al conducir tendrá consecuencias igualmente negativas.
Escaso control emocional
Un control deficiente sobre las emociones es un problemas que afecta a muchos automovilistas, especialmente a los conductores novatos y adolescentes. Cuando se une al “anonimato percibido”, el escaso control emocional puede ser extremadamente peligroso. Si no puedes regular tu estado de ánimo, podrías en estallidos de ira o frustración mientras conduces. En este estado, eres susceptible a hacer maniobras impulsivas y mal pensadas.
Desarrollar un buen control emocional es parte de madurar. Conducir es una responsabilidad y un privilegio reservado solo para los jóvenes adultos y adultos maduros. Si no dejas que un estallido emocional se apodere de ti en el supermercado o en tu lugar de trabajo, no debes permitirlo cuando estés al volante.
Mantener controladas las emociones negativas
Todos experimentan mal humor de vez en cuando. Es fundamental aprender a mantener las emociones negativas a raya cuando aparezcan, ya que pueden escalar rápidamente con el estrés agregado por conducir y resultar en una ira de la carretera completa. Evita manejar si estás experimentando alguna de estas emociones y no puedes reprimirlas:
- 1
Impaciencia.
Si dejas que este sentimiento se apodere, seguramente te comportarás de manera apresurada y descortés al conducir. Podrías tomar decisiones impulsivas y peligrosas o realizar acciones que enojarán a otros conductores. - 2
Estrés.
El estrés extremo distrae de manera increíble y tiende a aumentar todas las respuestas emocionales. Si estás estresado podría reaccionar de forma exagerada a molestias menores en la carretera y no prestar la atención adecuada a la tarea de manejo. - 3
Enojo.
El enojo es una de las emociones más difíciles de controlar y rápidamente puede evolucionar o salirse de control. Si manejas con enojo, independientemente de la causa, es probable que te concentres en el primer conductor que se comporte de una manera que no te gusta y dirijas tus frustraciones hacia él.
Recuerda que, como conductor nuevo, fácilmente serás víctima de las emociones abrumadoras en el asiento del conductor. Por lo tanto, es aún más importante que compruebes tu estado mental y no conduzcas si estás experimentando emociones negativas fuertes. Si te quedas en casa, el mal humor se irá rápidamente. Detrás del volante, las consecuencias negativas de tu mal humor podrían terminar durando toda una vida.
Lista de autoevaluación de ira de la carretera
¿Es probable que experimentes ira de carretera? Recuerda, la ira en la carretera puede afectar a cualquier persona en cualquier momento. Todos podemos perder la cabeza en las circunstancias indicadas. Sin embargo, algunas personas son más susceptibles de volverse agresivas al volante que otras. Si entiendes tu riesgo personal de experimentar ira de la carretera, tendrás más probabilidades de evitar que suceda.
Si te frustras fácilmente, sufres de estrés con frecuencia, te conocen por tu mal temperamento o por ser impaciente, corres el riesgo de volverte un conductor agresivo si las cosas no salen como quieres. ¡No te desanimes, pues el conocimiento es poder!
La próxima vez que estés manejando, monitorea de tu estado de ánimo y toma nota si experimentas algunos de estos pensamientos:
- “¿Por qué se están moviendo tan lentamente?”
- “¿Por qué debo ser cortés cuando todos son groseros?”
- “Conduciré más cerca para hacerlos ir más rápido”
- “Llegaré tarde”
- “Me meteré a la fuerza adelante de esa persona”
- “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”
- “¡No me están dejando pasar a propósito!”
- “¡Les voy a enseñar!”
Estos son solo ejemplos, pero te dan una idea del tipo de pensamientos que un automovilista podría tener antes de realizar una acción peligrosa o agresiva. Acostúmbrate a prestar atención a estos pensamientos impacientes, egoístas y molestos, y ponerles fin antes de que te obliguen a hacer una tontería.
Puede ser útil tener una frase de referencia o mantra que podrás decir cuando aparezcan estos pensamientos negativos. Aquí tienes algunos ejemplos:
- “Estos pensamientos no me ayudan”.
- “Enojarme no cambiará nada”.
- “Relájate. Ponerme nervioso no me hará viajar más rápido”.
Te sorprenderás de cuánto pueden influir estos pensamientos positivos en tu estado mental. La parte más difícil de lidiar con la ira de carretera es reconocer cuando una emoción negativa se desarrolla en primer lugar. ¡Con la orientación de este curso, tendrás todo para frenar las emociones peligrosas y el comportamiento agresivo!