Técnicas de Aceleración para una Conducción Tranquila y un Control Total
Updated 16 de Enero de 2021Cuando pisas el acelerador, llega más combustible al motor y la velocidad del vehículo aumenta. Hasta qué punto y qué tan rápido acelera tu vehículo está determinado por la fuerza que aplicas al pedal del acelerador y por cuánto tiempo aplicas esa presión. Algunas situaciones de manejo exigirán un aumento sutil de la velocidad mientras otras pedirán una aceleración rápida. Los conductores nuevos deben aprender a controlar la velocidad con técnicas de aceleración efectivas y utilizar estas habilidades de manera adecuada en las carreteras.
Aumentar la velocidad del vehículo
No presiones el acelerador hasta el fondo cuando necesites aumentar la velocidad. Se consigue una aceleración efectiva y controlada al presionar el pedal del acelerador con la bola del pie derecho (la base de los dedos), mientras el talón permanece en el piso. Dominar este movimiento es importante ya que te permite una aplicación precisa de presión sobre el pedal. Sin tener tu talón en el piso, es posible que no puedas aumentar la velocidad suavemente o frenar de repente de ser necesario.
Los conductores deben verificar regularmente el velocímetro mientras aceleran para identificar cuándo se ha alcanzado la velocidad deseada. En este punto, debes soltar ligeramente el pie del acelerador para mantener la velocidad sin acelerar más. Toma en cuenta que es extremadamente fácil subestimar lo rápido que viajas, especialmente en carreteras de alta velocidad.
Al principio, acelerar y mantener la velocidad adecuada exigirá concentración. A medida que te familiarizas con tu vehículo será menos trabajoso, ya que instintivamente sabrás cuánta presión aplicar al acelerador para lograr el efecto deseado.
Técnicas de aceleración
Por lo general, la aceleración es tranquila, rápida o algo intermedio. La mayoría de las situaciones de manejo requieren de una aceleración tranquila con un aumento constante de la presión al pedal del acelerador para un incremento gradual de la velocidad. La aceleración rápida se consigue al aplicar presión al acelerador con más fuerza. Solo utilizarás esta técnica en situaciones que justifiquen un aumento de velocidad en muy poco tiempo.
La “aceleración lenta” es otra técnica, menos utilizada, que facilita un aumento extremadamente suave y gradual de la velocidad. La aceleración lenta será útil en condiciones adversas del entorno que no permitan las técnicas de aceleración habituales.
Aceleración tranquila
Se logra la aceleración tranquila o aceleración fluida al mantener la presión suficiente sobre el acelerador para que el velocímetro siga en constante movimiento hacia arriba hasta alcanzar la velocidad deseada. Algunas veces esto significa pisar el acelerador de manera parcial sin agregar más presión y otras veces exigirá un aumento gradual de presión. Esto último suele ser cierto al acelerar en una pendiente.
Los conductores siempre deben buscar una aceleración tranquila cuando la situación lo permita, ya que esta técnica facilitará el control del vehículo. La aceleración tranquila significa que no tendrás que lidiar con transferencias de peso repentinas hacia la parte trasera del vehículo que podrían causar pérdida de tracción. Mantener el equilibrio del peso a través de la aceleración tranquila te ayudará a prolongar la vida de las llantas.
La aceleración tranquila es la forma de conducir más eficiente en términos de combustible. Libera solo la cantidad de gasolina que el motor necesita y no fuerza al automóvil a trabajar más de lo necesario. La aceleración y la desaceleración constantes consumirán combustible rápidamente y lo mismo sucederá con los contenidos de tu billetera.
Usa la aceleración tranquila cuando:
- Pases el punto medio de un giro o una curva en la carretera. El cambio de peso suave hacia la parte trasera del vehículo mejorará tu agarre en la superficie de la carretera.
- Te muevas después de estar detenido.
- Llegues a un tramo de la carretera con un límite de velocidad más alto (ten en cuenta que se requiere la aceleración rápida en las rampas de aceleración de las autopistas tipo expressway).
Recuerda que detener la aceleración y disminuir la velocidad con solo quitar el pie del acelerador. Frenar puede ser innecesario, pues con certeza utilizará más combustible y puede causar un derrape si se usa con demasiada fuerza.
Aceleración rápida
Tendrás que usar la técnica de aceleración rápida cuando debas aumentar la velocidad drásticamente en una distancia corta. A diferencia de la aceleración tranquila, esta técnica gastará más combustible y desgastará las llantas si se utiliza con demasiada frecuencia. Aquí hay algunas situaciones que podrían exigir una aceleración rápida:
- Usar un carril de aceleración para ganar velocidad antes de entrar a una autopista tipo expressway.
- Rebasar a otro conductor o cambiar de carril a alta velocidad.
- Evitar una colisión o un accidente.
Recuerda evitar golpear el acelerador con tu pie cuando aceleres rápidamente. Tendrás que aplicar una fuerza sustancial al acelerador pero hacerlo demasiado rápido podría provocar un giro de las llantas, algo totalmente opuesto al aumento de velocidad deseado.
Aceleración lenta
Las condiciones de manejo peligrosas pueden exigir una aceleración lenta o aceleración progresiva para mantener el control de vehículo. Si la nieve, el hielo, el barro u otros peligros ambientales disminuyen tu agarre a la superficie de la carretera, usa la aceleración lenta presionando tu pie al pedal del acelerador con mucho cuidado.
Toma en cuenta que los vehículos con transmisión manual empezarán a moverse hacia adelante lentamente tan pronto sueltes el pedal de freno sin necesidad de pisar el acelerador. En situaciones extremas, esta mínima aceleración podría ser todo lo que necesitas.
Acelerar cuesta arriba
Al conducir en un tramo nivelado de la carretera, los conductores deben poder mantener una presión consistente sobre el acelerador a medida que aumentan la velocidad. Acelerar cuesta arriba exigirá un aumento gradual de la presión en el pedal del acelerador para contrarrestar la fuerza de gravedad que actúa contra tu vehículo.
Cuando se trata de colinas extremadamente empinadas, por lo general es mejor conducir en una marcha más baja. Trata de usar primera o segunda, ya que perder el impulso usando la tercera podría hacer que tu vehículo se mueva hacia atrás mientras intentas de bajar una marcha.