Prevenir los Accidentes de Tránsito y Minimizar los Daños
Updated 31 de Enero de 2021Si evitas la conducción agresiva, estás alerta detrás del volante y examinas la carretera de forma eficaz, deberías poder detectar las situaciones de emergencia antes de que una colisión se vuelva inevitable. Entonces, cuando puedas ver una situación potencialmente peligrosa que se desarrolla cerca… ¿Qué puedes hacer? Este módulo te enseñará a lidiar con emergencias y evitar diferentes tipos de colisiones detalladas anteriormente en esta sección.
Cuando un peligro aparece en la carretera, debes empezar a considerar las consecuencias más probables de la situación. Esto te permitirá decidir el curso adecuado de una acción defensiva o evasiva para evitar una colisión. Recuerda que debes ajustar tu comportamiento de manejo solo lo necesario para evitar el peligro. Hacer cambios repentinos de velocidad o dirección como respuesta a un peligro posiblemente convertirá tu vehículo en un peligro para otros usuarios de carretera. Si debes aplicar los frenos, hazlo de manera gradual. Si debes cambiar de carril, recuerda señalizar tu intención e incorporarte de nuevo solo cuando haya un espacio seguro para hacerlo.
Evitar los impactos frontales
Cuando debes evadir una colisión de frente, hazlo moviéndote hacia la derecha en lugar de la izquierda. Incorpórate a la izquierda solo si tienes la certeza de que es la única forma de evitar una colisión. Si el objeto que estás evitando es otro vehículo que viaja hacia ti en el carril equivocado contra el flujo de tráfico, es probable que intente evitar la colisión moviéndose a tu izquierda, por lo que cambiar de dirección sería una mala idea.
Una vez que evitas una colisión frontal con el otro vehículo de forma exitosa, recuerda maniobrar de nuevo hacia la derecha si terminaste en el carril opuesto del tráfico. Es increíblemente importante “finalizar” las maniobras evasivas de manera adecuada. A menudo los automovilistas quedan tan aturdidos por la situación que no logran detectar los peligros nuevos que enfrentan tras cambiar de carril.
Evitar las colisiones traseras
Tienes buenas posibilidades de evitar una colisión trasera si revisas tus espejos con frecuencia para ver la carretera detrás de tu vehículo. Es posible que puedas moverte fuera del peligro conduciendo hacia adelante o cambiando de carril, pero debes hacer esto solo si no crea una situación aún más peligrosa. Por ejemplo, conducir hacia adelante hacia una intersección sería una mala idea si te pone a merced del tráfico que cruza.
Cuando no se puede evitar una colisión por detrás, moverte hacia adelante o aumentar la velocidad reducirá la fuerza del impacto y hará que el daño sufrido en la colisión sea menos grave.
Evitar las colisiones de impacto lateral
Cuando otro vehículo está en un rumbo de colisión contra el lado de tu automóvil, acelerar o reducir la velocidad te puede ayudar a evitar o disminuir la gravedad del incidente. Modificar la velocidad cambiará el punto de impacto e incluso podría evitar la colisión con impacto lateral por completo. Si tienes la certeza de que el vehículo te golpeará, intenta manejar tu posición para que te pegue en el costado del cofre o la parte trasera del vehículo en lugar de que choque contra el compartimento del pasajero.
En las colisiones laterales, la fuerza de impacto se puede reducir maniobrando lejos del otro vehículo. Analiza siempre la situación de carretera más amplia antes de mover el volante para asegurarte de que no te colocará en el camino del tráfico que se aproxima, hacia el borde de un precipicio o en algún otro peligro más significativo.
Manejar la tracción en emergencias
Mantener el equilibrio del vehículo probablemente será lo último que tengas en mente al ejecutar una acción evasiva para evitar una colisión. Sin embargo, debes recordar que la tracción (la capacidad de tus llantas para agarrarse de la superficie) depende del peso del vehículo que empuja las ruedas hacia la superficie de la carretera. Si frenas, aceleras o maniobras de repente, el peso del vehículo se lanzará hacia adelante, hacia atrás o a los costados, respectivamente. Esto podría llevarte a pérdida de tracción y pérdida de control en el peor momento posible.
Si bien hundir los frenos para evitar golpear a un peligro de frente suele ser el primer instinto de un automovilista, no siempre es el curso de acción más sensato. Si frenas fuerte para detenerte, puede que el vehículo derrape hacia adelante y pierdas el control de dirección. Esto te dejará sin poder maniobrar alrededor del peligro si no puedes parar a tiempo. A menudo, frenar gradualmente mientras maniobras lejos del peligro es una mejor opción.
Cuando maniobres alrededor de un peligro, hazlo suavemente. Frenar y mover el volante con fuerza al mismo tiempo provocará un cabeceo hacia adelante y hacia los costados que podría volcar al vehículo mientras sigue viajando en dirección del peligro que querías evitar. En caso de emergencia, una velocidad fluida y controlada y ajustes de dirección son la clave para mantener la tracción y seguir con tu vehículo bajo control.
Si derrapas mientras haces una maniobra evasiva, recordar tu entrenamiento de manejo te ayudará a retomar el control. Para restablecer la tracción y retomar el rumbo haz lo siguiente:
- Quita tu pie de los pedales de freno y acelerador.
- Mira y mueve el volante en la dirección que deseas que el automóvil vaya.
- Haz ajustes suaves de dirección a medida que te recuperas para evitar un sobreviraje.
Recuperación tras salir de la carretera
Evadir una colisión puede llevar a peligros adicionales si hace que una o las dos ruedas de lado derecho abandonen la carretera. Si el hombro de la carretera está completamente pavimentado y al mismo nivel de los carriles principales de manejo, no deberías tener problemas para maniobrar de regreso hacia la carretera. Lamentablemente, muchos márgenes de carretera están cubiertos de materiales de baja tracción como grava o tierra, lo que puede hacer que el vehículo derrape. Si el hombro de carretera está más abajo que el resto de la carretera, la caída en el lado derecho del vehículo podría resultar en un cambio de peso repentino que puede causar pérdida de control. Para recuperarte de esta situación y volver tu vehículo de nuevo a la carretera, es imperativo que mantengas la calma.
No muevas el volante con fuerza hacia la carretera, ya que esto a menudo resulta en un vuelco del vehículo. En lugar de eso, reduce tu velocidad quitando el pie del acelerador. Frena solo si es absolutamente necesario y hazlo de manera gradual. Cuando hayas bajado a una velocidad segura, puedes maniobrar tu vehículo de regreso a la carretera.
Si estás en riesgo de colisión contra un objeto sobre el hombro de la carretera (como un árbol o un poste de luz), puede que debas volver a la carretera más rápido de lo que permite la técnica descrita anteriormente. Consulta nuestro módulo de recuperación tras salirse de la carretera en el bloque “Conducir en Condiciones Peligrosas” para saber cómo manejar esta situación.
Reducir la gravedad de un accidente
Si se vuelve aparente que no hay nada qué hacer para evitar un accidente, no caigas en pánico. Las decisiones que tomes en los momentos que faltan para el impacto podrían ser la diferencia entre la vida y la muerte. Incluso en situaciones extremas por lo general hay alguna acción que los conductores involucrados pueden llevar a cabo para disminuir la gravedad de una colisión inminente. Todo lo que puedas hacer para reducir tu velocidad antes de la colisión reducirá la fuerza del impacto. Más allá de esto, tu enfoque debe estar en maniobrar el vehículo para golpear el objeto menos peligroso en el ángulo más favorable. Por ejemplo:
- Golpear a un vehículo que se está alejando de ti en lugar de uno que se mueve hacia ti.
- Si debes golpear a un vehículo que se mueve hacia ti, elige el vehículo con la menor velocidad en relación con la tuya.
- Golpea el objeto más suave posible.
- Golpea un objeto amplio en lugar de un objeto estrecho.
- Golpea un objeto suelto en vez de uno fijo.
- Choca en un ángulo más amplio en lugar de golpear de frente.
Cómo estás posicionado y asegurado dentro de tu vehículo también afectará el nivel de lesiones que sufres en una colisión. Es esencial tener puesto el cinturón de seguridad en todo momento, ya que te sostendrá en la posición más segura posible. Intenta mantenerte erguido con tu cabeza en contacto con el reposacabezas, ya que esto te dará una mejor protección contra las lesiones graves de cabeza y cuello. Si tu vehículo cuenta con una bolsa de aire, trata de mantener todas las partes del cuerpo (incluyendo tus manos y brazos) al menos a 10 pulgadas de la zona de despliegue. Las lesiones en la cara en los accidentes automovilísticos a menudo son causadas por los brazos de la víctima que son lanzados hacia su rostro cuando la bolsa de aire se despliega.
Antes del momento del impacto, debes quitar tu pie del freno. La fuerza de un impacto en las ruedas del vehículo puede trasladarse al automóvil y hacia el pedal del freno. En un accidente grave, esta fuerza puede ser tan potente como para romperle la pierna a una persona.
Si tienes tiempo, apóyate contra el volante, el tablero o a ambos lados del asiento, si puedes hacerlo sin colocar tus brazos frente a la zona de despliegue de la bolsa de aire. También puedes minimizar el daño a los órganos internos tensando los músculos antes del impacto.